Miopía
Es uno de los defectos ópticos más comunes entre todos los existentes. Se basa en que la persona ve de peor forma los objetos que se encuentran a mayor distancia.
La miopía, a diferencia de otros defectos ópticos, puede aparecer desde la niñez y cambiar su graduación con el paso del tiempo. Asimismo se pueden distinguir dos tipos principales de miopía como la simple, inferior a 6 dioptrías y la miopía magna, superior a 6.
Hipermetropía
Es el defecto óptico opuesto a la miopía. Ocasiona que se vean borrosos los objetos más cercanos a nuestros ojos, aunque con el paso del tiempo puede darse en los objetos más lejanos. A diferencia de la miopía, la hipermetropía no suele presentarse en los menores ya que sus ojos se acomodan a la situación. Sin embargo, a partir de los 40 años la vista empieza a sufrir los problemas de esa acomodación provocando fatiga visual o dolor de cabeza, lo que no debe confundirse con otro problema óptico como es la presbicia o vista cansada.
Astigmatismo
Se basa en la visión borrosa de los objetos tanto cercanos como lejanos por su enfoque en un mismo punto de la retina. Puede ocasionarse por genética o por traumatismos y tras procesos quirúrgicos. Los síntomas que puedan presentarse varían mucho según la edad o la genética con la que contemos pero en general se traducen en visiones borrosas y, en ocasiones, fatiga visual.
Pueden distinguirse distintos tipo de astigmatismos como el simple que sólo afecta a un eje, el compuesto, cuando se da junto a otro defecto óptico y el mixto, con un eje enfocado delante de la retina y otro detrás.
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